TOMÁS
DE AQUINO
(1224-1274)
Proemio.
Así
como “todos los hombres naturalmente desean saber” la verdad, por
el mismo caso hay en ellos un deseo natural de evitar los errores y
refutarlos, cuando fuere posible. Ahora bien, el más disforme de
todos parece ser el que nos hace errar respecto del entendimiento
mismo, el cual es el medio natural que tenemos para evitarlos y
conocer la verdad. Pues bien, hace ya tiempo que se halla arraigado
en muchos un error acerca del entendimiento, nacido de las enseñanzas
de Averroes. Este autor se empeña en asegurar, que el entendimiento,
que Aristóteles llama posible y él con nombre impropio llama
material, es una substancia separada del cuerpo en su existir, y que
no se une al cuerpo como forma. (...)
Cap
I
Definición
general del alma, y de sus potencias.
(...)
dice que el alma es el acto primero del cuerpo físico orgánico.
(...) Y nadie diga que la parte intelectiva queda excluída de esta
universalidad, porque ésto se descarta con lo que luego dice: “Por
consiguiente, no es cuestión obscura, que el alma no sea separable
del cuerpo, o al menos de algunas partes del mismo; porque el acto de
ciertas partes del alma es acto de algunas partes del cuerpo. Pero
respecto de otras partes no hay inconvenientes, porque no son actos
de ningún cuerpo.” Lo cual no puede entenderse, sino de las que
pertenecen a la parte intelectiva, a saber, entendimiento y voluntad.
Con lo cual claramente se prueba que algunas partes (potencias) de
aquella alma, que universalmente definió antes Aristóteles, son
actos de unas partes del cuerpo, y otras de ningún cuerpo son actos.
(...)
No queremos decir, sin embargo, que el alma, en la cual está el
entendimiento, de tal suerte excede a la materia corporal, que no
tenga su existencia en el cuerpo; lo que decimos es, que el
entendimiento, llamado por Aristóteles potencia del alma, no es acto
del cuerpo. Porque tampoco el alma es acto del cuerpo mediante sus
potencias, sino por sí misma, dándole su ser específico. Mas
algunas de sus potencias son actos de algunas partes del cuerpo, las
cuales lo perfeccionan para ciertas operaciones; pero la potencia que
es entendimiento de ningún modo es acto del cuerpo, puesto que su
operación no se realiza por órgano corporal alguno.
Objeciones
a la definición del alma como forma del cuerpo: incorruptibilidad e
independencia del cuerpo.
(...)
Mas tienen todavía otro camino, por donde pretenden mostrar que la
opinión de Aristóteles fué, que el entendimiento no es el alma, ni
parte del alma que como forma se une al cuerpo. Porque Aristóteles
en bastantes pasajes dice, que el entendimiento es perpetuo e
incorruptible, (...).
(...)
Parece, por otra parte, que ninguna cosa incorruptible puede ser
forma del cuerpo corruptible. Porque no es accidental a la forma el
estar en la materia, sino que de por sí le conviene; de lo
contrario, de la materia y la forma resultaría un uno accidental.
Ahora bien, ninguna cosa puede existir sin aquello, que de por sí le
pertenece. Luego la forma del cuerpo no puede existir sin el cuerpo.
Si, pues, el cuerpo es corruptible, síguese que la forma del cuerpo
es corruptible. Además, las formas que están en la materia, no son
específicamente las mismas, como se prueba en el VII Metafísica.
Luego mucho menos puede una forma, numéricamente la misma, estar ora
en el cuerpo, ora sin el cuerpo. Luego, destruído el cuerpo, o se
destruye la forma del cuerpo, o pasa a otro cuerpo. De consiguiente,
si el entendimiento es forma del cuerpo, parece seguirse
necesariamente que el entendimiento es corruptible.
(...)
hay que tener en cuenta, que separada tendrá otro modo de entender
del que tenga cuando está unida, a saber, un modo semejante al de
las otras substancias separadas.
(...)
habiendo antes llamado separado a uno y otro entendimiento (al
posible y al agente), aquí lo llama no separado. Porque es separado
en cuanto no es acto de un órgano; y no separado, en cuanto es parte
o potencia del alma, la cual es el acto del cuerpo, como arriba se
dijo.
(...)
Oponen también, que toda forma de un cuerpo mixto tiene por causa
material a los elementos; por consiguiente, si el entendimiento fuese
forma del cuerpo humano, no procedería de algo extrínseco, sino que
tendría por causa material a los elementos.
Cap
II
Apoyo
a esta definición en textos griegos y árabes.
Debemos
ahora considerar lo que han pensado otros peripatéticos acerca de
esto mismo. Y comencemos por las palabras de Temistio en el
comentario del Tratado del Alma, donde dice: Este entendimiento que
llamamos en potencia...es más connatural al alma (es decir, que el
agente); pero me refiero no a toda el alma, sino sólo a la humana.
(...) Y dice que este entendimiento está en el alma, y que es
respecto de ella algo así como la parte más noble.
(...)
A Teofrasto no he podido consultarlo en sus libros, pero el mismo
Temistio en su Comentario lo cita: Un entendimiento que en alguna
manera proviene de afuera y está como superpuesto, ¿puede, con
todo, ser connatural? (...) De él hemos de decir, como de los
sentidos, que, si lo consideramos desde el punto de vista del acto,
es nada, pero en potencia es todo. (...) Este de afuera, por
consiguiente, no se ha de tomar en el sentido de algo sobreañadido,
sino como algo que ya desde el primer momento de la existencia abraza
al hombre.
(...)
Cuanto a Alejandro, aun el mismo Averroes afirma que sostenía ser el
entendimiento posible una forma del cuerpo (...).
Y
pasemos de los griegos a los Árabes. (...), es evidente, que para
Avicena el entendimiento era una potencia activa del alma que es
forma del cuerpo. Sus palabras en el libro Sobre el alma son éstas:
El entendimiento activo (ésto es, el práctico) necesita del cuerpo
y de las potencias activas corporales para todas sus acciones. El
entendimiento contemplativo, empero, aunque necesita del cuerpo y sus
potencias activas, no los necesita siempre ni absolutamente, pues se
basta a sí mismo con sus propios recursos.
(...)
No podemos dejar de agregar las palabras de Algazel, quien se expresa
así: Cuando la composición de los elementos sea de una armonía tan
hermosa y perfecta, que nada más delicado y bello pueda
encontrarse..., entonces será apta para recibir del dador de las
formas la forma más hermosa de todas, el alma del hombre.
(...)
únicamente quisimos demostrar que, no sólo los Latinos, cuyas
palabras a algunos no convencen, sino también los Griegos y los
Árabes pensaron que el entendimiento es parte o potencia o virtud
del alma, que es forma del cuerpo.
(...)
no sé de qué peripatéticos se glorian, como si de ellos hubieran
recibido tal error; a no ser que en realidad prefieran, (...) errar
con Averroes, que más que Peripatético fué corruptor de la
doctrina peripatética.
Cap
III
Crítica
a la postura de Averroes: desconexión con el individuo.
(...),
Averroes, después de afirmar, que ese principio del entender llamado
entendimiento posible, no es el alma o parte del alma, sino
equívocamente, y que más bien es una substancia separada, dijo que
el entender de esa substancia separada es el entender mío o el de
otro, según que el entendimiento posible se una a mí o a tí por
las imágenes o representaciones que están en mí o en tí. (...)
Así pues, el entendimiento posible se continúa con nosotros por su
forma mediante las imágenes, y de este modo, cuando el entendimiento
posible entiende, este hombre determinado entiende.
(...)
nada de eso sucede, (...) porque tal unión no se haría para
constituir algo uno, sino cosas diversas. Porque es evidente que la
especie inteligible mientras está en las imágenes sensitivas está
en potencia para ser entendida; en el entendimiento posible, en
cambio, sólo puede estar en cuanto es entendida en acto, abstraída
de las imágenes. Por consiguiente, si la especie inteligible no es
forma del entendimiento posible, sino en cuanto abstraída de las
imágenes, síguese que por la especie inteligible no se une el
entendimiento a las imágenes, sino más bien está separado de
ellas. Pudiérase, con todo, decir que el entendimiento posible se
une a los fantasmas así como el espejo se une al hombre, cuya figura
se produce en el espejo. Pero semejante unión aparece sin género de
duda insuficiente para la unión del acto; en efecto, es evidente que
la acción del espejo, que consiste en representar, no puede por esto
solo atribuírse al hombre; por lo cual debemos reconocer que tampoco
la acción del entendimiento posible, en razón de la dicha unión,
podría atribuírse a este hombre determinado, que es Sócrates, para
que este hombre entienda.
Crítica
a la unión del alma al cuerpo como motor y móvil.
Otros,
(...) tomaron otra posición frente al problema. Para éstos el
entendimiento se une al cuerpo como un motor, de éste modo: el
entendimiento es parte del hombre en cuanto que de la unión de
cuerpo y entendimiento surge un ser que es uno, como son uno el motor
y lo movido; y consiguientemente la operación del entendimiento se
atribuye a este hombre, como la operación del ojo, que es ver, se
atribuye a este hombre. Pero hay que preguntar al defensor de esta
teoría en primer lugar, qué es esto singular que es Sócrates, es
decir: ¿Es Sócrates sólo el entendimiento, que es el motor?, o es
lo movido por tal motor, esto es, el cuerpo animado por una alma
vegetativa y sensitiva? o es el compuesto de ambas cosas? Juzgamos,
que, consecuente con su posición, elegirá lo tercero, a saber, que
Sócrates es el resultado de uno y otro (motor y movido).
(...)
Pero, si se llega a decir, que Sócrates no es simplemente uno, sino
un uno resultante de la reunión del motor y de lo movido, entonces
son muchos los inconvenientes que se siguen. En primer lugar, puesto
que cualquier cosa existente es a la vez uno y ser, síguese que
Sócrates no es un ser, ni está en especie ni género alguno;
además, que carece de toda acción, porque ésta sólo es propia del
ser. No por otra razón decimos que el entender del marinero es un
entender que pertenece no a ese todo formado por el marinero y su
nave, sino al marinero sólo. De la misma manera, entender sería no
un acto de Sócrates, sino sólo del entendimiento que maneja el
cuerpo de Sócrates, ya que únicamente en el todo que es uno y ser
la acción de una parte puede ser acción del todo; y quien de otro
modo se expresa no habla con propiedad.
Contra
la idea de que el entendimiento sería forma material.
Si
contra esto se objetara que una potencia del alma no puede ser más
inmaterial o más simple que la esencia del alma, fuera excelente
razón si la esencia del alma humana fuera de tal suerte la forma de
la materia, que no pudiera existir por su propio ser, sino por el del
compuesto, como sucede con las otras formas, las cuales en razón de
sí mismas no tienen ser ni operación alguna independientemente de
su unión con la materia, por lo que se dice que están sumergidas en
la materia. El alma humana, en cambio, que según su propio ser
existe con alguna comunicación con la materia, pero sin ser
penetrada totalmente por ella, siendo como es la dignidad de esta
forma superior a la capacidad de la materia; puede sin dificultad
poseer alguna operación o virtud, de la cual no es capaz la materia.
Sin
embargo, tenga en cuenta quien esto dice, que si este principio
intelectivo, con el cual entendemos, existiera por su propio ser
separado y distinto del alma, la cual es la forma de nuestro cuerpo,
sería por sí mismo, inteligente y entendido; y no sucedería que
unas veces entiende y otras veces no, ni, para conocerse a sí mismo,
necesitaría de las formas inteligibles y de sus propios actos, sino
que se conocería por su misma esencia, (...).
Cap
IV
Contra
la unidad del entendimiento posible: consecuencia de la
desindividuación teórica y moral.
(...),
todavía nos quedan por ver las razones alegadas por los que dicen
que el entendimiento posible es único para todos los hombres.
Afirmar eso del entendimiento agente tal vez sea en alguna forma
razonable, y muchos filósofos así lo pensaron. (...) por más que
tampoco esto es conforme al sentir de Aristóteles, quien sostuvo que
el entendimiento agente es cosa del alma, por lo cual lo comparó a
la luz. (...) Pero, sea lo que fuere (...), decir que el
entendimiento posible de todos los hombres es uno sólo, es
afirmación que se manifiesta absurda por muchas razones.
Primero,
porque si el entendimiento posible es con lo que entendemos,
necesariamente se ha de decir que el hombre individuo, que entiende,
o es el entendimiento mismo, o el entendimiento formalmente está en
él, no como forma del cuerpo, sino como potencia del alma que es
forma del cuerpo. Ahora bien, si alguien dijera que el hombre
individuo es el entendimiento mismo, se seguiría por consecuencia
que este hombre individuo no es distinto de aquel otro hombre
individuo, y que todos los hombres serían un sólo hombre, no por
participación de una misma especie, sino formando un sólo
inidividuo. Si, en cambio, el entendimiento está en nosotros
formalmente, como ya lo hemos dicho, se sigue que las almas son
diversas en los diversos cuerpos, porque así como el hombre consta
de cuerpo y alma, de igual modo este hombre, como Calias o Sócrates,
consta de este cuerpo y de esta alma. Si las almas son diversas y el
entendimiento posible es una potencia del alma (...), conviene que
difieran los entendimientos posibles entre sí numéricamente; (...).
(...)
Si, por lo tanto, hubiera un solo entendimiento para todos,
necesariamente se seguiría que habría uno solo que entendiera, y,
por consiguiente, uno solo que quisiera y uno solo que al arbitrio de
su voluntad usara de todas las potencia del alma y órganos del
cuerpo, por los que los hombres se diferencian numéricamente entre
sí. De aquí se pasa más adelante hasta concluir, que en tal caso
no habría ninguna diferencia entre los hombres, en lo que se refiere
a la libre elección de la voluntad, y que una misma elección sería
la de todos, si el entendimiento, en el cual reside la supremacía y
el dominio para usar de todos los demás, es uno e indiviso en todos
los hombres: lo cual es abiertamente falso y absurdo, puesto que
repugna a la evidencia misma, destruyendo, además toda ciencia moral
y todo cuanto se refiere a la sociedad civil (...).
Cap
V
Enumeración
de algunas objeciones a que haya diversos entendimientos posibles:
1ª
objeción: El entendimiento es forma inmaterial, por lo que no puede
multiplicarse en razón de la multiplicación de los cuerpos.
2ª
objeción: Aún dado que se multiplicase, una vez destruídos los
cuerpos, quedaría un solo entendimiento.
3ª
objeción: La cosa entendida es única para todos; luego también el
entendimiento.
4ª
objeción: Si, una vez destruídos los cuerpos, quedaran múltiples
substancias intelectuales, no tendrían éstas operación.
5ª
objeción: Los entendimientos serían infinitos en número.
6ª
objeción: Todos los filósofos, excepto los latinos, sostuvieron la
unidad del entendimiento.
Crítica
a Siger de Brabante.
(...)
Es también digno de mayor extrañeza, o mejor, indignación, que
quien profesa ser cristiano se atreva a hablar tan irreverentemente
de la fe cristiana; como cuando dice que "los latinos no admiten
este principio", esto es, que sea uno solo el entendimiento,
"porque tal vez su ley está en contra". Donde hay dos
cosas malas: primero, que duda si esto es contra la fe; segundo, que
se muestra extraño a esta ley. Y lo que dice después: "Esta es
la razón por lo cual los católicos parecen adoptar su opinión",
donde llama opinión lo que la fe propone. Ni es menor presunción lo
que se atreve a afirmar después, "que Dios no puede hacer que
existan muchos entendimientos, porque esto implica contradicción".
Pero
todavía es de mayor gravedad lo que luego dice: "Por la razón
concluyo necesariamente, que el entendimiento es uno numéricamente,
sin embargo creo firmemente lo contrario por la fe". Luego opina
que se admiten ciertas cosas por la fe, y al propio tiempo puede
probarse lo contrario con evidencia necesaria. (...).
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