Al-Farabí (872-950)
Abū Naṣr Muḥammad ibn al-Faraj al-Fārābī
Parte I - La consecución de la felicidad.
[Relación entre filosofía y religión o saber demostrativo y
saber persuasivo]
55 Cada
instrucción está compuesta de dos cosas: (a) hacer comprensible lo que está
siendo estudiado y encauzar esa idea para ser establecida en el alma y (b)
encauzar otras para asentir lo que es comprendido y establecido en el alma. Hay
dos maneras de hacer una cosa comprensible: primero, encauzando su esencia para
ser percibida intelectualmente, y segundo, encauzándola para ser imaginada
mediante la fantasía que la imita. El asentir, también, es provocado por uno de
dos métodos, el método de certeza demostrativa o el método de persuasión.
Ahora, cuando uno adquiere conocimiento de los seres o recibe instrucción con
ellos, si percibe las ideas en sí mismas con el intelecto, y el asentimiento a
estas es mediante certeza demostrativa, entonces la ciencia que comprende estas
cogniciones es filosofía. Pero si son conocidos mediante la imaginación a
través de fantasías que los imitan, y el asentimiento de lo que es imaginado de
ellos es causado por métodos persuasivos, entonces los antiguos llaman a lo que
comprende estas cogniciones, religión. Y si esos inteligibles en sí mismos son
adoptados, y son utilizados métodos persuasivos, entonces la religión que los
comprende es llamada popular, generalmente aceptada, y filosofía externa. Así,
de acuerdo con los antiguos, la religión es una imitación de la filosofía.
Ambas comprenden los mismos sujetos y ambas dan cuenta de los principios
fundamentales de los seres. Ambas suministran conocimiento sobre el primer
principio y causa de los seres, y ambas dan cuenta del fin último por cuyo bien
el hombre ha sido hecho –esto es, la suma felicidad- y el fin último de cada
uno de las otras cosas. Para todo lo que da cuenta la filosofía basado en la
percepción intelectiva o conceptualización, la religión da cuenta basada en la
imaginación. Para todo lo demostrado por la filosofía, la religión emplea la
persuasión. La filosofía da cuenta de los principios últimos (esto es, la
esencia del primer principio y las esencias de los segundos principios
incorpóreos), tal como son percibidos intelectivamente. La religión establece
sus imágenes mediante semejanzas tomadas de principios corpóreos y los imita
por similitud en los cargos políticos. Imita los actos divinos por semejanza en
las funciones de los cargos políticos. Imita las acciones de los poderes de la
naturaleza y sus principios por la similitud entre facultades, estados y artes
que tienen que ver con la voluntad, tal como Platón lo hace en el Timeo. Imita los inteligibles por su
semejanza con lo sensible: por ejemplo, el imitar materia mediante abismo u
oscuridad o agua, y nada con oscuridad. Imita las categorías de
suprema felicidad –esto es, el fin de los actos de las virtudes humanas- por su
semejanza con los bienes que se creen ser fines. Imita las categorías de la
verdadera felicidad por significaciones que algunos han creído captar en la
felicidad. Imita la clasificación de los seres por semejanza con grados
espacio-temporales. (…).
También, todo lo que da cuenta la filosofía de una manera
certera y demostrativa, la religión lo hace basada en argumentos persuasivos.
Finalmente, la filosofía es anterior en el tiempo a la religión.
[Los principios del ser o existencia]
6 Los
principios del ser son cuatro: (1) Qué,
por qué, y cómo la cosa es –esto tiene el mismo sentido de lo que es la causa formal. (2-3) A partir de qué es. (4) Para
qué es, significa la causa final.
Por la pregunta a partir de qué es,
significamos tanto (2) los principios agentes
o activos, como (3) los principios materiales;
por lo cual las causas y principios de los seres son cuatro. El género de los
seres debe dividirse en tres tipos, de acuerdo con el número de sus causas. El
primero admite no tener causa alguna para su existencia –es el principio último
del existir de todos los otros seres, respecto de los cuales sólo tenemos los
principios de nuestro conocimiento de ellos y no los principios de su
existencia. El segundo posee las cuatro causas. El tercero admite tener sólo
tres de ellas; no puede poseer principio material.
Traducido por Nicolás Moreira
Alaniz, Dep.de Filosofía, IPA, 2012.
De Al-Farabi, Philosophy of
Plato and Aristotle. Translated by
Mushin Mahdi, The Free Press of Glencoe, Agora editions, New York, 1962.
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